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Mostrando las entradas de noviembre, 2019

Zen y el arte de crear una katana.

Desde chico siempre me han fascinado las espadas. Cuando tenía 4 o 5 años me la pasaba "recortando" las puntas de las plantas del fondo de mi casa con un palo, a modo de espada. Luego, de a podo fui aprendiendo a usar alguna herramientas del taller de mi padre, y la que más me cautivó fue el esmeril. Con un esmeril, uno puede afilar las espadas! fabrique algunas espadas con chapas de techos, que podía cartar con una tijera de metales, pero se doblaban fácilmente. Ninguna de esas espadas era muy buena, y no recuerdo que pasó con ellas, cuando me aburría de una la desarmaba y fabricaba otra. Luego, más de grande, fui estudiando y aprendiendo sobre todos los tipos de espadas que existen. En particular me gustan mucho dos clases de espadas, de dos culturas diferentes: La hispaniensis Gladius, de los romanos, y la Katana, de los samurais japoneses. La espada Gladius tiene una punta muy afilada, perfecta para penetrar armaduras y para empujar. Es una espada corta que pe